Doble crimen vial en Piquillín: marchan por justicia para Emiliano y Lisandro

El conductor chocó, mató y huyó, a las horas fue entregado por su padre. El hecho ocurrió en noviembre del 2021 y aun se preguntan cómo fue el choque, este jueves habrá una marcha

A cuatro meses del doble crimen vial de Piquillín las familias de Lisandro Enríquez (22) y Emiliano Cuello (21) reclaman justicia. Este jueves a las 10 habrá una movilización hasta la sede policial para exigir que se aclare qué fue lo que ocurrió en la noche del sábado 27 de noviembre del 2021. La concentración será en el ingreso a la localidad.

Dos familias están destruidas, tratando de atravesar el duelo, sin entender todavía cómo fue el choque que les quitó la vida a los dos jóvenes.

Eran cerca de las 7 de la madrugada cuando llamaron a la puerta de la familia Enríquez, ubicada en el paraje del Kilómetro 691, para avisarle que su hijo había tenido un accidente.

«Un policía llegó a las 7 de la mañana con el documento de mi hijo y nos avisó, mi marido salió para la Comisaría sin entender mucho«, relata en diálogo con Hablando Claro, Paola la mamá de Enriquez.

La Policía les comunicó sobre el hecho 5 horas después: «ni nos llamaron, ni nada, cuando fue mi marido al lugar ya habían levantado todo. Yo a mi hijo lo vi recién el domingo antes del velatorio, en un pasillo», cuenta angustiada.

Lo mismo sucedió con la familia de Cuello. Se enteraron a la misma hora por Brisa, una hermana que de casualidad se encontraba en el Kilómetro 691 y que sabía que Emiliano y Lisandro habían salido juntos.

«Me dijeron: ‘su hijo falleció y el accidente fue cerca de las 2’. De ahí se metieron todos los policías en una sala y estuvieron más de media hora hablando para ver qué nos decían», expresa Daniel, el padre de Enríquez.

«Le pedimos explicaciones y les pedí hablar con el comisario, pero no nos dijeron nada. Queríamos saber qué auto los había chocado, quién era y solo nos mostraron el vehículo de la parte atrás que estaba sana. Fuimos al lugar del hecho y encontramos pedazos de plásticos, una mancha de sangre en el cordón cuneta y a unos metros una zapatilla«.

Sin entender el por qué y en estado de shock los familiares que acudieron a la comisaría salieron sin información. No sabían mucho sobre el fallecimiento de los dos jóvenes.

«Taparon todo, no pudimos ver a mi hijo, ni el auto, ni sabíamos con exactitud a donde había sido el choque».

UN CRIMEN VIAL SILENCIOSO

El sábado 27 de noviembre del 2021, cerca de las 2 de la madrugada, en la vieja ruta 19, un automóvil Volkswagen Gol embistió a Emiliano Cuello (21) y a Lisandro Enríquez (22) y se dio a la fuga. Ambos jóvenes fallecieron y el conductor del vehículo fue entregado por su padre.

En el parte oficial de la Departamental Río Primero, se había informado que las víctimas fueron halladas sin vida. Sin embargo, la familia de Enríquez supo que Lisandro fue trasladado a Río Primero agonizó y murió por un paro cardiorrespiratorio.

«Eso es lo que yo no entiendo de la Policía», dice Paola, «¿Qué quieren tapar?».

La familia afirma que fue tres veces a la morgue para reconocer a los jóvenes, pero no los dejaron ingresar porque no tenían la orden judicial. «Recién el domingo pude ver a mi hijo, en un pasillo cuando lo sacaban. Ahí se me vino el mundo abajo».

Hasta este momento «no sabemos nada, no nos dijeron nada», repite la familia.

Lo que saben es que el auto impactó primero con una señalética de la vieja ruta 19, casi al ingreso de Piquillín. El conductor venía a altísima velocidad con este primer impacto hizo un giro y cuando retomó la marcha embistió a los jóvenes. Sobre la ubicación de ellos tienen dos versiones: «unos decían que los chicos estaban parados en la ruta al lado de la moto, y otros, que estaban en la cuneta. La moto estaba estacionada».

En aquel momento tampoco este medio fue atendido por las autoridades de la Departamental para ampliar la información.

DOS VIDAS QUE IMPORTAN

Los familiares de las dos víctimas no solo que tuvieron que atravesar el dolor de perder a un ser querido, sino que sufrieron el «desprecio» y la desinformación por parte de quienes debían investigar el hecho. Ahora reunieron el dinero a través de una venta de empanadas para asesorarse con abogados que recién empiezan a investigar la causa.

Tanto Emiliano como Lisandro eran dos jóvenes llenos de vida que trabajaban y ayudaban a sus familias.

«Mi hermano nos dijo que nunca nos iba a dejar solas, él iba a ser papá y estaba contento porque ese día se había enterado que era una nena. Él arreglaba motos», recuerda Brisa, hermana de Emi.

El «Pancu», como apodaban a Lisandro, trabajaba en Monte Cristo como albañil. «Ese día del accidente cayó de sorpresa y me trajo unos alfajores: ‘viejita estos son para vos, no le convides a nadie’, me dijo».

Dos familias abrazadas al dolor solo piden justicia y llegar al fondo de la causa para saber cómo murieron los chicos.

Emiliano y Lisandro

En la causa interviene el Fiscal Tomás Casas y aun no se procedió a la imputación del conductor del vehículo.

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