¿Cómo afectaron las lluvias a los cultivos del Departamento Río Primero?

El ingeniero agrónomo Héctor Javier López analiza la situación agrícola de la región tras los últimos cambios de clima

El tiempo en el Departamento Río Primero ha estado inestable en el último mes. Luego de una semana con temperaturas extremas cercanas a los 40°, vinieron las intensas lluvias y trajeron cambios en el clima que repercuten en los cultivos de la región.

Héctor Javier López es Ingeniero Agrónomo, especialista en Alimentación de Bovinos. Consultado por Hablando Claro sobre las consecuencias de las precipitaciones de este último tiempo sobre los cultivos, López asegura que, en general, «los campos del Departamento a partir de esta lluvia se han recuperado».

«Si bien venimos de unas semanas muy calurosas, la mayoría de los cultivos se encontraban en estados iniciales y eso hace que se puedan defender mejor ante las altas temperaturas y el déficit hídrico. La lluvia logró que se recuperaran», afirma el ingeniero. Por estado inicial se entiende a una planta chica, en pleno crecimiento vegetativo.

López, quien también es docente en el IPEA 228 de Villa Fontana, dice que la etapa de la producción más afectada posiblemente sea el de los tiempos de siembra y su logística: «al cortarse la lluvia en la última parte de diciembre y principios de enero, se afectaron las siembras, haciendo que se atrasaran y que recién en estas semanas se hayan podido completar las siembras».

El ingeniero sostiene que «sin duda» esto tendrá algún efecto y podría llegar a «hacer que todo después se retrase y la cosecha se pase para más adelante». Sin embargo, no considera a esta situación como «algo grave».

Según el docente, quien también tiene su propio estudio agronómico llamado Agronos, las precipitaciones no han causado pérdidas en los cultivos. «Tampoco hemos tenido eventos que hayan sido muy graves como inundaciones o granizo, puede haber algún lote que haya tenido que ser resembrado pero no es significativo en cuanto a la situación del departamento», asegura.

«Si bien estas lluvias parecen muy buenas, en realidad son de regulares a buenas», dice Héctor, y agrega: «quizás a fines de febrero a marzo se necesite apoyo hídrico para asegurar los rendimientos». Según el ingeniero, en promedio, el acumulado de las lluvias de enero es de 80 mm.

Consultado sobre si frente a estos cambios climáticos hay plantaciones más sensibles y que resisten menos que otras, López dice que «depende mucho del estadío, de la fecha de siembra».

«Si nosotros tenemos cultivos sembrados temprano, que en el Departamento Río Primero diría que casi no hay, en ese caso casi sí hubiesen sido muy afectados«, afirma. El ingeniero explica que esto sucedería porque los cultivos se «iban a encontrar el período crítico, que es cuando están definiendo rendimiento».

«Pero como la mayoría de los lotes son tardíos, en noviembre para soja y en diciembre para maíz, no ha sido catastrófica la cuestión», dice.

En cuanto a la situación agrícola en general del Departamento, el docente manifiesta que es «entre buena y muy buena». Para tener una información más detallada de los cultivos en general y su condición, el ingeniero dice que hay que esperar por el informe de la Bolsa de Cereales de Córdoba, a publicarse en las próximas semanas.

Acerca de la situación general de los cultivos en el año 2021, Héctor afirma que «los resultados no fueron malos y en general se pudo cosechar sin inconvenientes en todas partes». Esto pudo darse así a pesar de ciertos cambios en el rendimiento, debido a que «las precipitaciones fueron algo restrictivas en el período de febrero a marzo».

Sobre un panorama general de aquellos cultivos que se siembran en la región, el docente dice que «en el departamento para la campaña estival lo que predomina es maíz y soja«. «Otros cultivos como sorgo y girasol participan en muy baja escala», manifiesta, y agrega que también se siembra alfalfa «principalmente para corte y confección de rollos y megafardos».

Así mismo, la cosecha de soja tendrá lugar aproximadamente en mayo y la de maíz entre julio y agosto. López espera para estas etapas «una disminución de los rendimientos por efecto de los atrasos en las siembras y el impacto de las altas temperaturas».

En caso de sequías, el docente dice que estas situaciones suelen comprenderse en la Emergencia Agropecuaria, lo que «implica deducción en el impuesto inmobiliario, pero no aportes o subsidios». «Los subsidios suelen darlos en caso de desastre, por ejemplo los incendios que se llevan todo», afirma.

Por último, el ingeniero agrónomo hace una consideración: «el departamento tiene una superficie importante y hay cambios en lo que es la condición de los suelos y también lo ambiental según la ubicación».

De esta manera, «en el norte hay más restricción hídrica en algunos casos y de más altas temperaturas y eso va a afectar de manera diferencial». A esto también los distintos tipos de suelo, «lo que condiciona las actividades que se pueden hacer y los resultados que se pueden obtener».

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